¿Qué es la meningitis?
La meningitis es una enfermedad infecciosa que se da a raíz de una inflamación en las membranas llamadas meninges, que se encuentran alrededor de la médula espinal y el cerebro, provocando síntomas y malestares como pérdida de atención, dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello.
La mayoría de los casos de meningitis, se dan por una infección viral, sin embargo, también se puede presentar mediante infecciones parasitarias, bacterianas y micóticas. Por lo general, esta enfermedad mejora sin un tratamiento en las siguientes semanas, pero existen casos que requieren antibióticos de emergencia.
Meningitis en bebés
Los bebés menores de un año tienen mayor riesgo de padecer meningitis, pese a que sea poco común, puede ser bastante peligrosa y letal si no es tratada a tiempo. Así como también, generar graves repercusiones en su futuro, como problemas de visión y dificultad de aprendizaje.
Un bebé puede contraer meningitis cuando un virus, hongo o bacteria, que ya se encuentra en otra parte del organismo, viaja por el torrente sanguíneo hacia su médula espinal y cerebro. Por lo general, el virus genera un cuadro menos grave que las bacterias, ya que cuando el bebé contrae esta enfermedad mediante este tipo de germen, puede tener graves consecuencias si no es diagnosticado y tratado con prontitud.
Síntomas de meningitis en bebés
En cuanto a los síntomas, estos suelen ser diferentes entre la meningitis viral y la meningitis bacteriana, pues con la primera, los síntomas aparecen a las semanas; mientras que con la segunda, es en cuestión de horas, pero en términos generales, se deben tener en cuenta los siguientes signos de alarma más habituales:
- Fiebre y escalofríos: los menores de 3 meses pueden no presentar fiebre, pero los escalofríos si son un indicativo para el diagnóstico.
- Rigidez en el cuello o tener la cabeza inclinada hacia atrás: la nuca se siente rígida y al bebé le cuesta movilizar la zona.
- Fontanela abultada, acompañada de vómito y llanto: se da por el aumento de presión en las partes blandas de la cabeza del bebé, lo normal es que no sobresalga, pero si se presenta un abultamiento y además el bebé llora constantemente y presenta vómito, son señales de alarma para acudir al pediatra.
Tipos de meningitis
La meningitis es una inflamación del tejido blando que cubre el cerebro y la médula espinal llamada meninge. Cualquier persona puede contraer esta enfermedad, sin embargo, aquellas que tengan el sistema inmunitario débil son más propensas, así como también los bebés, quienes son la población más vulnerable.
Existen diferentes tipos de meningitis, la más común es la viral:
- Meningitis viral: llega al organismo como consecuencia de otro virus, ya sea VIH, herpes o virus del Nilo. En la mayoría de los casos desaparece por sí sola.
- Meningitis bacteriana: se considera como la más grave, ya que puede ser mortal. Ocurre cuando una bacteria como, listeria, meningococo, hemófilo, neumococo, etc,. Viajan por el torrente sanguíneo, hasta llegar a la médula espinal y cerebro.
- Meningitis por parásitos: se contrae al nadar en agua dulce, estancada o por comer alimentos contaminados. Se relaciona con la malaria cerebral y no es contagiosa.
- Meningitis fúngica: es una de las más extrañas y puede llegar a convertirse en meningitis bacteriana. Se contrae al inhalar esporas de hongos, madera en descomposición o excremento de aves. Se adhiere a organismos con sistema inmune débil o personas con VIH. No es contagiosa.
Síntomas y tratamiento
Los síntomas pueden tener algunas variaciones, dependiendo el tipo de meningitis que tenga la persona, edad y estado de su sistema inmunitario. Sin embargo, existen algunos síntomas que se desarrollan de forma repentina y pueden incluir:
- Somnolencia
- Fotosensibilidad
- Fiebre
- Dolor intenso de cabeza
- Sarpullido e irritación que no desaparece
- Convulsiones
- Rigidez en el cuello
- Náuseas y vómitos
Si el/la paciente presenta alguno de estos síntomas, deberá acudir a un médico de inmediato para que pueda ser revisado y diagnosticado a tiempo.
También existen los signos meníngeos o meningismo. Surgen cuando las meninges están inflamadas a causa de los gérmenes que producen esta enfermedad, se les denomina Signo de Kering y Signo Brudzinski, en ambos casos, el/la paciente presentará reflejos en las rodillas al realizar un movimiento con el cuello (mantenerlo elevado) o con sus piernas.
Los tratamientos son muy efectivos en la mayoría de los casos, si se toman a tiempo. Sin embargo, si el/la paciente no acude al médico ante los primeros síntomas y deja que la meningitis avance, pueden desarrollarse graves complicaciones y daños neurológicos permanentes como: insuficiencia renal, convulsiones, pérdida auditiva, pérdida de memoria y problemas con procesos de aprendizaje.
¿Cómo podemos diagnosticar la meningitis?
En la etapa inicial de la infección, no hay indicadores clínicos confiables disponibles para diferenciar entre los dos distintos tipos de meningitis infecciosa; por lo que para identificar el agente causal de la meningitis, es necesario el estudio de ácidos nucleicos mediante técnicas de biología molecular (RT-qPCR) en líquido cefalorraquídeo (obtenido por punción lumbar), siendo esta la forma más rápida y confiable de detectar al patógeno.
En PLEXUS, nos destacamos entre los mejores laboratorios de análisis clínicos por contar con 3 de paneles para la identificación de los patógenos más comunes causantes de meningitis por RT-qPCR Multiplex:
- Panel de Meningitis Viral 1: permite identificar Citomegalovirus (CMV), Virus de Epstein-Barr (VEB), Virus del herpes simple tipo 1 (HSV1), Virus del herpes simple tipo 2 (HSV2), Virus del herpes humano 6 (HHV 6), Virus del herpes humano 7 (HHV 7) y Virus de la varicela-zoster (VZV).
- Panel de Meningitis Viral 2: Adenovirus (AdV), Enterovirus (VHE), Parechovirus humano (HPeV), Virus de las paperas (MV), Parvovirus B19 (B19V).
- Panel de Meningitis Bacteriano: Escherichia coli K1 ( E.coli K1), Estreptococo del grupo B (GBS), Haemophilus influenzae (HI), Listeria monocytogenes (LM), Neisseria meningitidis (NM), Streptococcus pneumoniae (SP).
La prevención puede salvar vidas
Para que se propague esta infección, se debe tener contacto con saliva, microorganismos que queden en el aire (luego de que la persona contagiada tosa, estornude o escupa) y estar en contacto o tener algún germen (virus, bacteria, parásito).
Por lo tanto, es de vital importancia, mantener una buena higiene, protegerse con tapabocas (en caso de sospechar o tener meningitis), lavar muy bien los alimentos, no nadar en aguas estancadas y tener un estilo de vida saludable.
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